Ir al contenido principal

La Republica restaurada

 Gobierno  de Juárez

Ambos presidentes eran civiles y, por lo mismo, imprimieron a su administración una tendencia antimilitarista, y lo más importante, ambos hicieron intentos por reconstruir el país o, mejor dicho, por empezar a construir un México moderno y poner en práctica las ideas que desde la Revolución de Ayutla fundamentaron los proyectos de los políticos de la generación de Juárez y se plasmaron en las leyes que elaboraron. Reelección de Juárez en 1871 Previendo que Juárez manipularía las elecciones y triunfaría con fraudes, Porfirio Díaz preparó una rebelión armada como único camino de acceso al poder. Como era de esperarse, dadas las fraudulentas circunstancias en que se efectuaron las elecciones, Juárez resultó triunfante e inició el nuevo periodo 1871-1875. El gobierno de Juárez emprendió las primeras medidas tendientes a iniciar la transformación del país. Sin embargo, las circunstancias del país hacían muy difícil que los empresarios extranjeros se interesaran en invertir sus capitales en México. En el orden social, el gobierno de Juárez proyectó una política poblacioncita que pretendía atraer la inmigración de europeos, como ocurrió en Estados Unidos y en Argentina, pero esto no pudo realizarse porque en el extranjero se desconfiaba de la seguridad in-terna de México, y los europeos no encontraban aliciente alguno para venir a radicar a un país tan conflictivo. En el orden cultural, la administración Juárez creó un vasto sistema educativo, fundamentado en la filosofía del positivismo, con la que se buscaba dotar a los mexicanos del instrumento intelectual necesario para impulsar el desarrollo científico y técnico alcanzado por los países industrializados. Juárez, bajo el decreto de que la educación debía ser obligatoria y gratuita. La transformación que Juárez pretendía realizar era ambiciosa, y los liberales en el gobierno la juzgaban necesaria para el progreso del país.

Gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada

Por esta razón, su gobierno fue, en muchos aspectos, una continuación del de Juárez. La ley de amnistía había logrado pacificar a los militares insurrectos, pero sólo por el momento. Las ambiciones de poder que surgieron en algunos militares después de la derrota de Maximiliano, se mantenían latentes en espera de una nueva oportunidad. Una de ellas se debió a la persistencia del caudillo agrarista Manuel Lozada, que había causado problemas tanto a los gobiernos republicanos como al de Maximiliano. Lerdo de Tejada, en el que desconocía a su gobierno y atacaba las Leyes de Reforma por haber ocasionado el despojo de tierras comunales indígenas, de modo que exigía la restitución a sus legítimos dueños. Pero el problema agrario que el Tigre de Álica había abanderado no se solucionó, y su rebelión es en la historia de México un indicador del efecto social negativo de las Leyes de Reforma en el sector agrario. Una de las acciones políticas más importantes de Lerdo de Tejada fue la aceptación de la iniciativa para la creación del Senado de la República , el cual se estableció con el objeto de moderar a la Cámara de Diputados, pues los senadores debían ser personas de mayor edad y, obviamente, con mayor experiencia política. Se estableció que el ejercicio de las funciones de los senadores habría de durar cuatro años, dos más que el de los diputados, y debían representar a los estados de la misma forma que lo hacían aquellos. Constitución, que desde entonces consagra la forma dual del poder legislativo. En el aspecto legislativo, durante el gobierno de Lerdo de Tejada se incorporaron a la Constitución las leyes expedidas antes y después de 1857, que habían quedado fuera del ordenamiento general. Además, Lerdo de Tejada apoyó la introducción del protestantismo, buscando restarle poder a la Iglesia católica. Esas medidas del presidente dieron origen a un nuevo movimiento en su contra, incitado por el clero, que estalló en Michoacán y Jalisco en 1875. Los rebeldes, llamados «cristeros», pedían la renuncia de Lerdo de Tejada, desconocían la Constitución de 1857, proponían un presidente interino que convocaría luego a un congreso para restablecerla religión católica como la oficial, y pretendían arreglar un concordato con el Vaticano. El movimiento fue reprimido y los cristeros vencidos, pero el problema social agrario, mezclado con el fanatismo religioso, persistió en estado latente para resurgir en circunstancias específicas. Cuando Díaz tuvo noticias de que José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia, se había pronunciado en contra de Lerdo de Tejada, decidió modificar el Plan de Tuxtepec. En marzo de 1876 se proclamó en Palo Blanco, Tamaulipas, la nueva versión. Se suprimía, además, el artículo que hacía responsables a Lerdo de Tejada y a sus funcionarios de los gastos y perjuicios ocasionados por la revolución. Con esas reformas al Plan de Tuxtepec, Porfirio Díaz buscaba la adhesión de Iglesias, con el doble objetivo de dar al movimiento un carácter de legalidad y evitar que Iglesias obstaculizara su acceso al poder. Sin embargo, el presidente de la Suprema Corte se negó a secundar plan revolucionario alguno. Cuando Lerdo de Tejada conoció la noticia del triunfo de Díaz, abandonó la ciudad de México y estableció en Toluca la residencia del gobierno, dejando la administración del Distrito Federal en manos de un reconocido porfirista. Lerdo no pudo mantenerse en el poder y salió hacia Estados Unidos a principios de 1877. Porfirio Díaz entró triunfante en la capital el 23 de noviembre de 1876, y ocupó la presidencia de forma interina. Uno de esos proyectos era la construcción de una red ferroviaria que uniera las principales ciudades del país, y sobre todo que agilizara el transporte de mercancías hacia el exterior. En 1869, el gobierno de Juárez inició la construcción de la vía México-Veracruz, que correspondió inaugurar a Lerdo de Tejada en enero de 1873. En la estructura social tampoco hubo transformaciones sustanciales; más de 
La situación de los grupos indígenas preocupaba al gobierno de Lerdo de Tejada por el trato de que eran víctimas y porque, en consecuencia, constituían un peligro latente de insurrección, aparte de la poca productividad que aportaban con sus técnicas agrícolas rudimentarias y su falta de instrucción. Por ello, el presidente trató de impulsar la educación para lograr la transformación social. La instrucción pública fue, como en otros aspectos, una continuación de la política educativa de Juárez, y como ésta, basada en el positivismo, sólo que en el gobierno de Lerdo de Tejada hubo mayor interés por llevar el desarrollo de la cultura a todos los sectores y extender los beneficios de la educación a las mujeres, empezando a establecer la escuela mixta.












                                    MAS INFORMACIÓN

                                    MAS INFORMACIÓN




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Segundo imperio Mexicano

  Situación política Al iniciar su gobierno, Maximiliano buscó la conciliación de los partidos antagónicos, pero sobre todo procuró atraerse a los liberales, mientras alejaba a los conservadores, de acuerdo con su propia tendencia política y con las indicaciones de sus consejeros euro-peos. Maximiliano ratificó la proclama de Forey en favor de la nacionalización de bienes eclesiásticos y la libertad de cultos, además de confirmar el carácter constitucional de la monarquía. Maximiliano no podía actuar libremente, pues estaba siempre bajo la tutela del coman-dante francés, y en parte porque debía seguir los consejos de Napoleón III, liberal de conveniencia, que lo instaba a ejercer un gobierno personalista «pero a base de los grandes principios de la civilización moderna». Por otro lado, Maximiliano jamás tuvo un consenso absoluto de la opinión de los mexicanos.  Aunque Maximiliano no pudo formular una ley suprema para el país, sí logró establecer un Estatuto Provisional de...